Descripción: Los anfibios son una clase de vertebrados de sangre fría que incluye ranas, sapos y salamandras. Se caracterizan por su capacidad de vivir tanto en el agua como en la tierra, lo que les otorga un papel crucial en los ecosistemas. Su piel es permeable, lo que les permite absorber agua y oxígeno, pero también los hace vulnerables a la contaminación. Los anfibios pasan por un ciclo de vida que incluye una fase larval acuática, donde respiran a través de branquias, y una fase adulta terrestre, donde desarrollan pulmones. Esta dualidad en su hábitat y su fisiología los convierte en bioindicadores, es decir, su salud refleja la calidad del medio ambiente. Además, los anfibios tienen un papel importante en la cadena alimentaria, ya que son tanto depredadores como presas. Su diversidad es notable, con más de 7,000 especies conocidas, que varían en tamaño, color y comportamiento. La mayoría de los anfibios son nocturnos y tienen adaptaciones especiales, como la capacidad de cambiar de color para camuflarse. Su estudio es fundamental para entender la biodiversidad y los efectos del cambio climático, ya que muchas especies están en peligro de extinción debido a la pérdida de hábitat y enfermedades emergentes.
Historia: Los anfibios tienen una larga historia evolutiva que se remonta a más de 350 millones de años, cuando los primeros vertebrados comenzaron a colonizar la tierra. Se cree que los ancestros de los anfibios modernos surgieron de peces con aletas lobuladas, lo que les permitió adaptarse a un entorno terrestre. Durante el período Carbonífero, los anfibios eran abundantes y diversos, pero su número ha disminuido drásticamente en los últimos siglos debido a factores como la urbanización y la contaminación. En el siglo XX, se comenzaron a realizar estudios más sistemáticos sobre su biología y ecología, lo que ha llevado a un mayor entendimiento de su importancia en los ecosistemas.
Usos: Los anfibios son utilizados en la investigación científica, especialmente en estudios de toxicología y ecología. Su piel permeable los convierte en sujetos ideales para investigar los efectos de contaminantes ambientales. Además, son importantes en la medicina, ya que algunos compuestos derivados de su piel tienen propiedades antimicrobianas y analgésicas. En la educación, los anfibios son frecuentemente utilizados en laboratorios escolares para enseñar sobre biología y ciclos de vida.
Ejemplos: Un ejemplo de uso de anfibios en investigación es el uso de ranas de la especie Xenopus laevis en estudios de desarrollo embrionario. También, la piel de algunas ranas ha sido estudiada por sus propiedades medicinales, como en el caso de la rana de flecha, que produce toxinas utilizadas por algunas culturas indígenas para envenenar flechas. En el ámbito educativo, las ranas y salamandras son comúnmente utilizadas en clases de biología para ilustrar conceptos de anatomía y fisiología.