Descripción: El Diseño Guiado por el Dominio (DDD, por sus siglas en inglés) es un enfoque para el desarrollo de software que se centra en el dominio central y su lógica. Este enfoque busca crear un modelo conceptual que refleje la realidad del negocio, facilitando la comunicación entre los desarrolladores y los expertos en el dominio. En DDD, se prioriza la comprensión profunda del dominio, lo que permite a los equipos de desarrollo construir soluciones que se alineen estrechamente con las necesidades del negocio. Las características principales de DDD incluyen la identificación de ‘bounded contexts’ (contextos delimitados), donde se definen los límites del modelo y se evita la ambigüedad en la terminología. Además, DDD promueve el uso de un lenguaje ubicuo, que es un lenguaje común compartido por todos los miembros del equipo, lo que mejora la colaboración y reduce malentendidos. Este enfoque también fomenta la creación de entidades, agregados y servicios que encapsulan la lógica del dominio, permitiendo una arquitectura más limpia y mantenible. En resumen, el Diseño Guiado por el Dominio es una metodología que busca alinear el desarrollo de software con los objetivos y procesos del negocio, asegurando que la solución final sea relevante y efectiva.
Historia: El concepto de Diseño Guiado por el Dominio fue popularizado por Eric Evans en su libro ‘Domain-Driven Design: Tackling Complexity in the Heart of Software’, publicado en 2003. Desde entonces, ha evolucionado y se ha integrado en diversas prácticas de desarrollo ágil y arquitecturas modernas, como microservicios.
Usos: El Diseño Guiado por el Dominio se utiliza principalmente en proyectos de software complejos donde la lógica del negocio es intrincada y requiere una comprensión profunda. Es común en aplicaciones empresariales, sistemas de gestión y plataformas que necesitan adaptarse a cambios frecuentes en el dominio.
Ejemplos: Un ejemplo de DDD en acción es el desarrollo de un sistema de gestión de pedidos, donde se definen claramente los contextos delimitados para ‘clientes’, ‘productos’ y ‘pedidos’, cada uno con su propio modelo y lógica de negocio. Otro ejemplo es el uso de DDD en plataformas de comercio electrónico, donde se requiere una integración fluida entre diferentes dominios como inventario, pagos y envíos.