Sistemas Distribuidos

Descripción: Los sistemas distribuidos son un modelo en el que los componentes ubicados en computadoras en red se comunican y coordinan para lograr un objetivo común. Este enfoque permite que múltiples nodos trabajen juntos, compartiendo recursos y datos, lo que resulta en una mayor eficiencia y escalabilidad. Los sistemas distribuidos pueden incluir servidores, dispositivos móviles, sensores y otros elementos conectados, todos colaborando en tiempo real. Las características clave de estos sistemas incluyen la transparencia, la escalabilidad, la tolerancia a fallos y la concurrencia. La transparencia se refiere a la capacidad de ocultar la complejidad de la red a los usuarios, mientras que la escalabilidad permite que el sistema crezca sin comprometer su rendimiento. La tolerancia a fallos asegura que el sistema continúe operando incluso si uno o más componentes fallan. La concurrencia permite que múltiples procesos se ejecuten simultáneamente, mejorando la eficiencia general del sistema. En la actualidad, los sistemas distribuidos son fundamentales en diversas aplicaciones, donde la colaboración entre múltiples entidades es esencial para el éxito.

Historia: Los sistemas distribuidos comenzaron a desarrollarse en la década de 1970, con el avance de las redes de computadoras. Uno de los hitos importantes fue el desarrollo de ARPANET, que sentó las bases para la comunicación entre computadoras. En la década de 1980, se introdujeron conceptos como la transparencia y la tolerancia a fallos, y se comenzaron a implementar sistemas distribuidos en aplicaciones comerciales. A lo largo de los años, la evolución de Internet y la computación en la nube han impulsado aún más el desarrollo de sistemas distribuidos, permitiendo que se utilicen en una variedad de contextos, desde servicios web hasta aplicaciones móviles.

Usos: Los sistemas distribuidos se utilizan en una amplia gama de aplicaciones, incluyendo servicios en la nube, redes de sensores, sistemas de gestión de bases de datos distribuidas, y plataformas de colaboración en línea. También son fundamentales en el desarrollo de microservicios, donde las aplicaciones se dividen en componentes más pequeños que pueden ser desplegados y escalados de manera independiente. Además, se utilizan en el ámbito del Internet de las Cosas (IoT), donde múltiples dispositivos se comunican y colaboran para recopilar y analizar datos.

Ejemplos: Ejemplos de sistemas distribuidos incluyen plataformas de computación en la nube como Amazon Web Services (AWS) y Microsoft Azure, que permiten a los usuarios acceder a recursos informáticos distribuidos. Otro ejemplo es el sistema de archivos distribuido Hadoop, que permite el almacenamiento y procesamiento de grandes volúmenes de datos en múltiples nodos. Además, las aplicaciones de mensajería utilizan sistemas distribuidos para gestionar la comunicación entre usuarios en tiempo real.

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