Recolección de energía

Descripción: La recolección de energía es el proceso de capturar y almacenar energía de fuentes externas para su uso en dispositivos electrónicos. Este concepto se ha vuelto fundamental en el contexto del Internet de las Cosas (IoT) y la computación neuromórfica, donde la necesidad de dispositivos autónomos y sostenibles es cada vez más crítica. La recolección de energía permite que sensores y dispositivos pequeños operen sin depender de baterías convencionales, lo que reduce la necesidad de mantenimiento y reemplazo de componentes. Las fuentes de energía que se pueden recolectar incluyen la luz solar, el movimiento, el calor y las vibraciones. La tecnología detrás de la recolección de energía implica el uso de convertidores que transforman estas fuentes en energía eléctrica utilizable. Este enfoque no solo mejora la eficiencia energética, sino que también contribuye a la sostenibilidad al minimizar el impacto ambiental asociado con la producción y eliminación de baterías. En un mundo donde la conectividad y la inteligencia artificial están en constante expansión, la recolección de energía se presenta como una solución innovadora para alimentar dispositivos que requieren un funcionamiento continuo y autónomo, facilitando así la implementación de redes de sensores y sistemas inteligentes en diversas aplicaciones.

Historia: La recolección de energía tiene sus raíces en la investigación de fuentes de energía renovables y tecnologías de conversión de energía que se remontan a varias décadas. En la década de 1960, se comenzaron a desarrollar células solares para convertir la luz solar en electricidad, lo que marcó un hito en la recolección de energía. A lo largo de los años, la tecnología ha evolucionado, y en la década de 1990, se introdujeron dispositivos de recolección de energía que podían aprovechar el movimiento y las vibraciones. Con el auge del Internet de las Cosas en la década de 2000, la recolección de energía se convirtió en un área de investigación activa, impulsada por la necesidad de dispositivos autónomos y sostenibles.

Usos: La recolección de energía se utiliza principalmente en dispositivos del Internet de las Cosas, donde se requiere un suministro de energía constante y autónomo. Esto incluye sensores ambientales, dispositivos de monitoreo de salud, sistemas de seguridad y tecnología de wearables. También se aplica en la computación neuromórfica, donde se busca imitar el funcionamiento del cerebro humano mediante circuitos que requieren poca energía. La recolección de energía permite que estos sistemas operen de manera eficiente sin depender de fuentes de energía convencionales.

Ejemplos: Ejemplos de recolección de energía incluyen sensores de temperatura que utilizan células solares para funcionar en entornos exteriores, dispositivos de monitoreo de salud que aprovechan el movimiento del cuerpo para generar energía, y sistemas de iluminación pública que utilizan energía solar para operar de manera autónoma. En el ámbito de la computación neuromórfica, se están desarrollando circuitos que pueden recolectar energía del calor residual para alimentar sus operaciones.

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