Descripción: Las reglas de filtrado son criterios establecidos que determinan qué tráfico de red debe ser permitido o bloqueado. Estas reglas son fundamentales en la protección contra ataques DDoS (Denial of Service Distribuido), donde múltiples sistemas comprometen un servicio al inundarlo con tráfico malicioso. Las reglas de filtrado pueden basarse en diversas características del tráfico, como la dirección IP de origen, el puerto de destino, el protocolo utilizado y el tamaño del paquete. Al implementar estas reglas, las organizaciones pueden identificar y mitigar el tráfico no deseado, asegurando que solo el tráfico legítimo llegue a sus servidores. Esto no solo ayuda a mantener la disponibilidad del servicio, sino que también protege la integridad de los datos y la infraestructura de red. Las reglas de filtrado son una parte esencial de las estrategias de seguridad cibernética, ya que permiten a las organizaciones personalizar su defensa contra amenazas específicas y adaptarse a las tácticas cambiantes de los atacantes. En un entorno digital donde los ataques son cada vez más sofisticados, la capacidad de establecer y ajustar estas reglas se convierte en un componente crítico para la resiliencia de la red.
