Descripción: La fermentación de kombucha es un proceso biológico que transforma el té endulzado en una bebida efervescente y ligeramente ácida, gracias a la acción de microorganismos como levaduras y bacterias. Este proceso comienza con la preparación de una infusión de té, que se endulza con azúcar. A continuación, se añade un cultivo simbiótico de bacterias y levaduras conocido como SCOBY (Symbiotic Culture Of Bacteria and Yeast). Durante la fermentación, que puede durar de una a tres semanas, los azúcares son metabolizados por las levaduras, produciendo dióxido de carbono y alcohol, mientras que las bacterias convierten el alcohol en ácido acético, lo que le da a la kombucha su característico sabor ácido. Este proceso no solo crea una bebida refrescante, sino que también genera compuestos beneficiosos como probióticos, que son conocidos por sus efectos positivos en la salud digestiva. La kombucha se ha popularizado en los últimos años como una alternativa saludable a las bebidas azucaradas, y su preparación casera ha ganado adeptos en todo el mundo, convirtiéndose en un símbolo de la cultura de la fermentación y el interés por los alimentos y bebidas funcionales.
Historia: La kombucha tiene sus orígenes en Asia, específicamente en China, donde se cree que se consumía desde hace más de 2,000 años. Se le atribuye el nombre de ‘té de la inmortalidad’ debido a sus supuestos beneficios para la salud. A lo largo de los siglos, la bebida se extendió a Japón y Rusia, donde se popularizó aún más. En el siglo XX, la kombucha llegó a Occidente, especialmente durante la década de 1960, cuando se empezó a valorar su potencial como bebida saludable. En los últimos años, su popularidad ha crecido exponencialmente, convirtiéndose en un fenómeno global.
Usos: La kombucha se utiliza principalmente como bebida refrescante y saludable. Se le atribuyen propiedades probióticas que pueden beneficiar la salud digestiva. Además, se ha utilizado en la medicina tradicional en algunas culturas para mejorar la salud general y aumentar la energía. También se ha explorado su uso en la gastronomía, como ingrediente en cócteles y aderezos.
Ejemplos: Un ejemplo práctico de uso de kombucha es su preparación casera, donde los entusiastas de la fermentación pueden experimentar con diferentes tipos de té y sabores, como jengibre, frutas o hierbas. También se encuentra en tiendas de alimentos saludables y cafeterías, a menudo en variedades saborizadas que atraen a un público más amplio.
