Descripción: El Wi-Fi de Largo Alcance se refiere a redes inalámbricas que pueden cubrir distancias mayores que el Wi-Fi estándar. Este tipo de tecnología utiliza frecuencias y técnicas de modulación que permiten una mayor penetración de señal y un alcance extendido, lo que resulta en una conectividad más robusta en áreas amplias o en entornos donde las obstrucciones físicas pueden interferir con la señal. A menudo, el Wi-Fi de Largo Alcance se implementa en entornos rurales, industriales o en grandes instalaciones donde se requiere una cobertura extensa. Las características principales incluyen la capacidad de conectar múltiples dispositivos a largas distancias, la reducción de puntos muertos en la señal y la posibilidad de mantener una conexión estable en condiciones desafiantes. Esta tecnología es especialmente relevante en la actualidad, dado el creciente número de dispositivos conectados y la necesidad de una conectividad confiable en diversas aplicaciones, desde el hogar inteligente hasta la automatización industrial.
Historia: El concepto de Wi-Fi de Largo Alcance comenzó a tomar forma a finales de la década de 1990, cuando se desarrollaron las primeras tecnologías de red inalámbrica. Con el avance de los estándares Wi-Fi, como 802.11b y 802.11g, se hizo evidente que la cobertura de señal era un desafío, especialmente en áreas extensas. A medida que la demanda de conectividad aumentó, surgieron soluciones como antenas direccionales y repetidores que permitieron extender el alcance de las redes. En la década de 2010, el desarrollo de tecnologías como 802.11n y 802.11ac mejoró significativamente la capacidad de las redes para cubrir distancias mayores, lo que llevó a la popularización del Wi-Fi de Largo Alcance en aplicaciones comerciales y residenciales.
Usos: El Wi-Fi de Largo Alcance se utiliza en diversas aplicaciones, como en áreas rurales donde la conectividad a Internet es limitada, en grandes instalaciones industriales que requieren monitoreo y control remoto, y en campus universitarios donde se necesita cobertura en múltiples edificios. También es común en eventos al aire libre, donde se requiere una red temporal que cubra un área extensa. Además, se utiliza en soluciones de IoT (Internet de las Cosas) para conectar dispositivos en entornos amplios, como granjas inteligentes o sistemas de gestión de energía.
Ejemplos: Un ejemplo de Wi-Fi de Largo Alcance es el uso de antenas de malla en comunidades rurales para proporcionar acceso a Internet a múltiples hogares. Otro caso es la implementación de redes Wi-Fi en grandes fábricas, donde se utilizan repetidores y puntos de acceso para asegurar que todos los rincones de la instalación estén cubiertos. También se puede observar en eventos como festivales de música, donde se despliegan redes temporales para ofrecer conectividad a miles de asistentes.
