Descripción: La gestión de sobrecarga implica monitorear y optimizar los recursos adicionales consumidos por los procesos. Este concepto es fundamental en la administración de sistemas y redes, donde la eficiencia y el rendimiento son cruciales. La sobrecarga puede surgir de diversas fuentes, como la ejecución de múltiples aplicaciones, la gestión de grandes volúmenes de datos o la interacción entre diferentes servicios en la nube. La gestión efectiva de la sobrecarga permite a las organizaciones maximizar el uso de sus recursos, reducir costos y mejorar la experiencia del usuario. Para lograr esto, se utilizan diversas herramientas y técnicas, como la monitorización del rendimiento, la optimización de la infraestructura y la implementación de políticas de calidad de servicio. Además, la gestión de sobrecarga se relaciona estrechamente con conceptos como la escalabilidad, donde los sistemas deben adaptarse a la demanda variable sin comprometer su rendimiento. En un entorno de tecnología de la información, por ejemplo, la gestión de sobrecarga es esencial para garantizar que los servicios se mantengan disponibles y eficientes, incluso durante picos de tráfico. En resumen, la gestión de sobrecarga es un aspecto crítico en la administración de recursos tecnológicos, que busca equilibrar la carga de trabajo y optimizar el rendimiento general de los sistemas.