Descripción: El concepto de ‘Internet Abierto’ se refiere al principio de que los proveedores de servicios de Internet (ISP) deben tratar todos los datos que circulan por la red de manera equitativa, sin discriminar ni cobrar tarifas diferentes por el acceso a ciertos contenidos, aplicaciones o servicios. Este enfoque promueve la neutralidad de la red, garantizando que todos los usuarios tengan el mismo acceso a la información y que no haya bloqueos o ralentizaciones de contenido por parte de los ISP. La esencia del Internet Abierto radica en la idea de que la red debe ser un espacio libre y accesible para todos, fomentando la innovación y la competencia en el ámbito digital. Este principio es fundamental para el desarrollo de una sociedad de la información inclusiva, donde la diversidad de voces y la libre circulación de ideas puedan prosperar. Además, el Internet Abierto se considera crucial para la protección de los derechos de los usuarios, ya que evita que las empresas de telecomunicaciones ejerzan un control excesivo sobre el acceso a la información. En resumen, el Internet Abierto es un pilar esencial para la libertad en línea, la innovación y la equidad en el acceso a la información en la era digital.
Historia: El concepto de Internet Abierto comenzó a tomar forma en la década de 1990, cuando la red se expandía rápidamente y se empezaron a plantear preocupaciones sobre la posibilidad de que los proveedores de servicios de Internet pudieran priorizar ciertos tipos de tráfico. En 2005, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de EE. UU. emitió principios de neutralidad de la red, estableciendo que los ISP no debían bloquear ni desacelerar el acceso a contenidos legales. Sin embargo, la neutralidad de la red ha sido objeto de debate y cambios regulatorios en los años siguientes, con decisiones clave en 2010 y 2015 que reafirmaron su importancia, seguidas de la derogación de estas regulaciones en 2017.
Usos: El Internet Abierto se utiliza principalmente para garantizar que todos los usuarios tengan acceso igualitario a la información y los servicios en línea. Esto incluye la posibilidad de acceder a sitios web, aplicaciones y plataformas sin restricciones impuestas por los ISP. Además, fomenta la innovación al permitir que nuevas empresas y servicios puedan competir en igualdad de condiciones con los actores establecidos, sin temor a ser bloqueados o priorizados. También es fundamental para la libertad de expresión, ya que permite que diversas voces y opiniones sean escuchadas en el espacio digital.
Ejemplos: Un ejemplo práctico del Internet Abierto es el acceso a plataformas de redes sociales como Twitter o Facebook, donde los usuarios pueden interactuar y compartir información sin restricciones impuestas por los ISP. Otro caso es el uso de servicios de streaming como YouTube, que permite a los creadores de contenido subir y compartir videos sin que los proveedores de Internet puedan limitar su visibilidad. Además, la creación de startups tecnológicas que pueden competir con grandes empresas en igualdad de condiciones es un resultado directo de un entorno de Internet Abierto.
