Descripción: El ‘Post-Mortem’ es una reunión celebrada al finalizar un proyecto, cuyo objetivo es reflexionar sobre el proceso y los resultados obtenidos. Durante esta sesión, los miembros del equipo analizan tanto los aspectos positivos como los negativos del proyecto, identificando qué salió bien y qué podría mejorarse en futuras iniciativas. Esta práctica es fundamental en las metodologías ágiles y en la gestión de proyectos en general, ya que fomenta la mejora continua y el aprendizaje colectivo. En un entorno ágil, donde la adaptabilidad y la rapidez son esenciales, el ‘Post-Mortem’ permite a los equipos evaluar su desempeño y ajustar sus estrategias para optimizar la eficiencia y la efectividad en proyectos futuros. La reunión suele ser un espacio seguro donde todos los participantes pueden expresar sus opiniones y sugerencias sin temor a represalias, lo que contribuye a un ambiente de trabajo colaborativo y constructivo. Además, los resultados de estas discusiones se documentan para ser utilizados como referencia en proyectos posteriores, asegurando que las lecciones aprendidas se integren en la cultura del equipo. En resumen, el ‘Post-Mortem’ es una herramienta clave para el crecimiento y la evolución de los equipos, promoviendo una mentalidad de mejora continua y aprendizaje organizacional.