Descripción: Los dispositivos desenchufados son aquellos que operan sin una conexión directa a una fuente de energía, a menudo confiando en baterías o en métodos de recolección de energía como la energía solar o cinética. Estos dispositivos son fundamentales en el contexto del Internet de las Cosas (IoT), ya que permiten la conectividad y la recopilación de datos en entornos donde la disponibilidad de energía eléctrica es limitada o inexistente. Su diseño se centra en la eficiencia energética, lo que les permite funcionar durante períodos prolongados sin necesidad de recarga frecuente. Además, suelen incorporar tecnologías de comunicación inalámbrica, como Bluetooth o Wi-Fi, para transmitir datos a otros dispositivos o a la nube. La capacidad de operar de manera autónoma no solo amplía las posibilidades de uso en diversas aplicaciones, sino que también contribuye a la sostenibilidad al reducir la dependencia de fuentes de energía convencionales. En un mundo cada vez más interconectado, los dispositivos desenchufados representan una solución innovadora para integrar la tecnología en la vida cotidiana, facilitando la monitorización y el control de una amplia gama de sistemas y procesos.