Descripción: La estabilidad visual es una medida de cuán estable es el diseño de una página web durante su carga, impactando directamente en la experiencia del usuario. Este concepto se refiere a la forma en que los elementos de la interfaz se comportan mientras se cargan, evitando movimientos inesperados que pueden resultar molestos o confusos para los visitantes. Una buena estabilidad visual asegura que los elementos no se desplacen de manera abrupta, lo que puede llevar a errores de clic o a una percepción negativa del sitio. La estabilidad visual se mide comúnmente a través de métricas como el Cumulative Layout Shift (CLS), que evalúa la cantidad de cambio de diseño que ocurre durante la carga de la página. Un CLS bajo indica que los elementos de la página se mantienen en su lugar, proporcionando una experiencia más fluida y agradable. En un mundo donde la atención del usuario es limitada, la estabilidad visual se ha convertido en un aspecto crucial del diseño web, ya que contribuye a la retención de usuarios y a la satisfacción general con el sitio. En resumen, la estabilidad visual no solo mejora la estética de una página, sino que también juega un papel fundamental en la usabilidad y en la percepción de la calidad del contenido ofrecido.