Descripción: Un ataque XSS (Cross-Site Scripting) es una técnica de explotación que aprovecha vulnerabilidades en aplicaciones web para inyectar scripts maliciosos en el navegador del usuario. Estos scripts pueden ser utilizados para robar información sensible, como cookies de sesión, credenciales de usuario o datos personales. El ataque se produce cuando una aplicación web no valida adecuadamente la entrada del usuario, permitiendo que un atacante inserte código JavaScript, HTML o Flash que se ejecuta en el contexto del navegador de la víctima. Esto puede llevar a la manipulación de la interfaz de usuario, redirección a sitios maliciosos o la ejecución de acciones no autorizadas en nombre del usuario. Los ataques XSS se clasifican en tres tipos principales: XSS reflejado, almacenado y basado en DOM, cada uno con diferentes métodos de ejecución y consecuencias. La prevención de estos ataques implica la implementación de medidas de seguridad como la validación y el saneamiento de entradas, el uso de políticas de seguridad de contenido (CSP) y la codificación adecuada de datos antes de ser enviados al navegador. La creciente dependencia de aplicaciones web en la vida cotidiana ha hecho que la protección contra XSS sea una prioridad en la seguridad web.
Historia: El concepto de XSS fue identificado por primera vez a finales de los años 90, cuando los desarrolladores comenzaron a notar que las aplicaciones web eran vulnerables a la inyección de scripts. En 2000, el término ‘Cross-Site Scripting’ fue acuñado por el investigador de seguridad Jeremiah Grossman. A lo largo de los años, la comunidad de seguridad ha documentado numerosos incidentes de XSS, lo que ha llevado a un aumento en la conciencia sobre la necesidad de proteger las aplicaciones web. En 2007, el OWASP (Open Web Application Security Project) incluyó XSS en su lista de las diez principales vulnerabilidades de seguridad web, lo que subrayó su relevancia y la necesidad de mitigación.
Usos: Los ataques XSS se utilizan principalmente para robar información sensible de los usuarios, como credenciales de inicio de sesión, datos de tarjetas de crédito y otra información personal. También pueden ser utilizados para realizar ataques de phishing, donde los atacantes engañan a los usuarios para que revelen información confidencial. Además, los atacantes pueden utilizar XSS para propagar malware, redirigir a los usuarios a sitios maliciosos o manipular el contenido de las páginas web que los usuarios visitan.
Ejemplos: Un ejemplo notable de un ataque XSS ocurrió en 2010, cuando un atacante explotó una vulnerabilidad en el sitio web de Twitter, permitiendo que se inyectara un script que redirigía a los usuarios a un sitio de phishing. Otro caso famoso fue el ataque a MySpace en 2005, donde un script malicioso se utilizó para modificar perfiles de usuarios y enviar mensajes no deseados a otros usuarios. Estos incidentes resaltan la importancia de implementar medidas de seguridad adecuadas para prevenir ataques XSS.