Descripción: La disruptión se refiere a un cambio significativo que altera la forma en que opera una industria, creando nuevas dinámicas y desafiando las estructuras existentes. Este fenómeno puede surgir de innovaciones tecnológicas, cambios en el comportamiento del consumidor o la introducción de modelos de negocio radicalmente diferentes. La disruptión no solo afecta a las empresas que son superadas por nuevas competidoras, sino que también puede transformar la experiencia del cliente y redefinir las expectativas del mercado. Las características principales de la disruptión incluyen la capacidad de ofrecer productos o servicios más accesibles, eficientes o convenientes, lo que a menudo lleva a la obsolescencia de las soluciones tradicionales. En un mundo cada vez más interconectado y digitalizado, la disruptión se ha vuelto un concepto central en la estrategia empresarial, impulsando a las organizaciones a adaptarse rápidamente o arriesgarse a quedar atrás. La relevancia de la disruptión radica en su potencial para fomentar la innovación y la competencia, lo que a su vez puede resultar en beneficios significativos para los consumidores y la economía en general.
Historia: El término ‘disruptión’ fue popularizado por Clayton Christensen en su libro ‘The Innovator’s Dilemma’ publicado en 1997. Christensen describió cómo las empresas establecidas a menudo fallan al enfrentar nuevas tecnologías que inicialmente parecen inferiores pero que eventualmente transforman el mercado. Desde entonces, el concepto ha evolucionado y se ha aplicado a diversas industrias, desde la tecnología hasta la educación y la salud.
Usos: La disruptión se utiliza principalmente en el ámbito empresarial y tecnológico para describir cómo las innovaciones pueden cambiar radicalmente la forma en que se hacen negocios. Se aplica en la creación de nuevas startups que desafían a las empresas consolidadas, así como en la adopción de nuevas tecnologías que transforman procesos y modelos de negocio.
Ejemplos: Ejemplos de disruptión incluyen la llegada de Netflix, que transformó la industria del entretenimiento al ofrecer streaming en lugar de alquiler de DVDs, y Uber, que revolucionó el transporte al permitir que cualquier persona con un automóvil se convirtiera en conductor. Otro caso es el de Airbnb, que alteró el sector hotelero al permitir que los propietarios alquilen sus propiedades directamente a los viajeros.
