Descripción: El tejo es un árbol perenne conocido por su madera densa y duradera, que pertenece al género Taxus. Este árbol puede alcanzar alturas de hasta 20 metros y se caracteriza por su follaje verde oscuro y sus hojas aciculares, que son suaves al tacto. El tejo es un árbol de crecimiento lento y puede vivir varios siglos, lo que lo convierte en un símbolo de longevidad en muchas culturas. Su madera es altamente valorada por su resistencia y belleza, lo que la hace ideal para la fabricación de muebles finos y objetos de artesanía. Además, el tejo produce frutos en forma de arilos rojos que son atractivos visualmente, aunque las semillas en su interior son tóxicas. Este árbol se encuentra comúnmente en bosques templados de Europa, Asia y América del Norte, y su adaptabilidad a diferentes tipos de suelo lo hace popular en jardinería y paisajismo. A menudo se utiliza en setos y como planta ornamental debido a su forma densa y su capacidad para tolerar la poda. En resumen, el tejo es un árbol de gran importancia tanto ecológica como cultural, apreciado por su belleza y durabilidad.
Historia: El tejo ha sido utilizado desde la antigüedad, con registros que datan de hace más de 2000 años. En la antigua Grecia y Roma, se le atribuían propiedades medicinales y se utilizaba en la fabricación de arcos debido a la flexibilidad de su madera. Durante la Edad Media, el tejo se convirtió en un símbolo de la muerte y la eternidad, siendo plantado en cementerios y monasterios. En la actualidad, el tejo es objeto de estudio por sus compuestos químicos, que han demostrado tener propiedades anticancerígenas.
Usos: La madera de tejo se utiliza en la fabricación de muebles, instrumentos musicales y objetos de artesanía debido a su durabilidad y belleza. Además, el tejo se emplea en jardinería como planta ornamental y en setos, gracias a su capacidad para crecer en diversas condiciones. En la medicina tradicional, se han utilizado extractos de tejo para tratar diversas afecciones, aunque su toxicidad requiere precaución.
Ejemplos: Un ejemplo del uso del tejo es la fabricación de arcos en la antigüedad, donde su madera flexible era altamente valorada. En la actualidad, se pueden encontrar setos de tejo en jardines de estilo formal, así como muebles de tejo en tiendas de artesanía. También se han realizado investigaciones sobre el uso de compuestos de tejo en tratamientos contra el cáncer, como el paclitaxel, un medicamento derivado de esta planta.