Descripción: La afinidad de proceso es un mecanismo de programación que vincula un proceso a un núcleo de CPU específico. Este concepto es fundamental en sistemas operativos modernos, ya que permite optimizar el rendimiento y la eficiencia del procesamiento. Al asignar un proceso a un núcleo particular, se minimizan los costos de cambio de contexto y se mejora la utilización de la caché del procesador. La afinidad de proceso puede ser estática, donde un proceso se asigna a un núcleo específico durante toda su ejecución, o dinámica, donde el sistema operativo puede mover el proceso entre núcleos según la carga de trabajo y la disponibilidad de recursos. Esta técnica es especialmente relevante en entornos multiprocesador, donde múltiples núcleos pueden trabajar simultáneamente en diferentes tareas. La afinidad de proceso no solo mejora el rendimiento, sino que también puede influir en la latencia y la respuesta del sistema, lo que es crucial en aplicaciones de tiempo real y en servidores que manejan múltiples solicitudes concurrentes. En resumen, la afinidad de proceso es una herramienta clave para la gestión eficiente de recursos en sistemas operativos, permitiendo un mejor aprovechamiento del hardware disponible y una ejecución más fluida de las aplicaciones.
