Descripción: El aislamiento de fallos es un principio de diseño que asegura que una falla en una parte de un sistema no afecte a otras partes. Este concepto es fundamental en la arquitectura de sistemas distribuidos y en la ingeniería de software, ya que permite que las aplicaciones y servicios continúen funcionando incluso cuando una parte del sistema experimenta problemas. Al implementar el aislamiento de fallos, se pueden utilizar técnicas como la segmentación de red, donde diferentes componentes de una aplicación se ejecutan en entornos separados, minimizando el riesgo de que un fallo se propague. Además, el uso de contenedores y virtualización permite que las aplicaciones se ejecuten en entornos aislados, lo que facilita la recuperación ante desastres y la continuidad del negocio. Este principio también se aplica en la nube, donde los servicios pueden escalar y recuperarse de fallos sin afectar a la experiencia del usuario. En resumen, el aislamiento de fallos es esencial para construir sistemas resilientes y confiables que puedan adaptarse a fallos inesperados sin comprometer la integridad del sistema en su conjunto.