Descripción: La alta carga en el contexto de redes se refiere a una condición en la que un dispositivo o conjunto de dispositivos está bajo un uso intenso, lo que puede afectar su rendimiento y capacidad de respuesta. Esta situación puede surgir debido a un aumento en el tráfico de datos, la adición de nuevos dispositivos a la red o la ejecución de aplicaciones que demandan un alto ancho de banda. En protocolos de enrutamiento avanzados como EIGRP (Enhanced Interior Gateway Routing Protocol), la alta carga puede influir en la convergencia de la red y en la eficiencia del enrutamiento. Cuando un dispositivo experimenta alta carga, puede haber un retraso en la propagación de las actualizaciones de enrutamiento, lo que puede llevar a decisiones de enrutamiento subóptimas y, en última instancia, a la degradación del servicio. Por lo tanto, es crucial monitorear y gestionar la carga en la red para asegurar un rendimiento óptimo y una experiencia de usuario satisfactoria. Las características principales de la alta carga incluyen la saturación del ancho de banda, el aumento en la latencia y la posibilidad de pérdida de paquetes, lo que puede resultar en interrupciones en la comunicación entre dispositivos.