Descripción: La amenaza externa se refiere a cualquier peligro potencial que se origina fuera de una organización y que puede comprometer su seguridad, integridad y funcionamiento. Estas amenazas pueden manifestarse de diversas formas, incluyendo ataques cibernéticos, malware, phishing y otras tácticas utilizadas por actores maliciosos. La identificación y gestión de amenazas externas es crucial para la protección de los activos de información y la continuidad del negocio. En el contexto de un Centro de Operaciones de Seguridad (SOC), las amenazas externas son monitoreadas y analizadas para prevenir incidentes de seguridad. En el ámbito de redes y seguridad, se implementan medidas como firewalls y sistemas de detección de intrusos para mitigar estos riesgos. En el cumplimiento en la nube, las organizaciones deben ser conscientes de las amenazas externas que pueden afectar la seguridad de sus datos almacenados en plataformas de terceros. La gestión de amenazas implica un enfoque proactivo para identificar, evaluar y responder a estas amenazas, asegurando que las organizaciones estén preparadas para enfrentar cualquier ataque que provenga del exterior.
Historia: El concepto de amenaza externa ha evolucionado con el tiempo, especialmente con el crecimiento de la tecnología y la digitalización de los negocios. A medida que las organizaciones comenzaron a adoptar sistemas informáticos en las décadas de 1970 y 1980, la necesidad de protegerse contra ataques externos se hizo evidente. Con el auge de Internet en los años 90, las amenazas externas se diversificaron, dando lugar a un aumento en la creación de software de seguridad y protocolos de defensa. Eventos significativos, como el ataque de gusano Morris en 1988 y el ataque de Denegación de Servicio Distribuido (DDoS) en 2000, resaltaron la vulnerabilidad de las organizaciones ante amenazas externas, impulsando el desarrollo de estrategias de ciberseguridad más robustas.
Usos: Las amenazas externas se utilizan como un marco de referencia para evaluar y gestionar riesgos en diversas áreas de la seguridad informática. En un Centro de Operaciones de Seguridad, se utilizan para establecer protocolos de monitoreo y respuesta ante incidentes. En redes y seguridad, se aplican para diseñar arquitecturas de red seguras y políticas de acceso. En el cumplimiento en la nube, se utilizan para garantizar que las plataformas de terceros cumplan con los estándares de seguridad necesarios. En la gestión de amenazas, se emplean para desarrollar planes de respuesta y recuperación ante incidentes.
Ejemplos: Un ejemplo de amenaza externa es un ataque de ransomware, donde un atacante cifra los datos de una organización y exige un rescate para su liberación. Otro ejemplo es el phishing, donde un atacante intenta engañar a los empleados para que revelen información confidencial a través de correos electrónicos fraudulentos. Además, los ataques DDoS, que buscan saturar los recursos de una red, son una forma común de amenaza externa que puede paralizar las operaciones de una organización.