Descripción: Una API de Terceros es una interfaz de programación de aplicaciones que es proporcionada por un servicio o aplicación externa. Estas APIs permiten a los desarrolladores acceder a funcionalidades y datos de otros servicios sin necesidad de construir esas capacidades desde cero. Generalmente, las APIs de terceros utilizan arquitecturas REST (Representational State Transfer), que son un conjunto de principios de diseño que permiten la comunicación entre sistemas a través de HTTP. Las APIs REST son conocidas por su simplicidad y eficiencia, utilizando métodos estándar como GET, POST, PUT y DELETE para interactuar con los recursos. Esto facilita la integración de diferentes aplicaciones y servicios, permitiendo a los desarrolladores crear soluciones más robustas y escalables. Las APIs de terceros son esenciales en el desarrollo moderno de software, ya que permiten la reutilización de servicios existentes y fomentan la innovación al permitir que diferentes plataformas se comuniquen entre sí de manera efectiva.
Historia: Las APIs de terceros comenzaron a ganar popularidad a finales de la década de 1990 y principios de 2000, cuando las empresas comenzaron a reconocer el valor de permitir que otros desarrolladores accedieran a sus servicios. Uno de los hitos importantes fue la introducción de las APIs REST en 2000 por Roy Fielding en su disertación doctoral, que estableció un marco para la creación de servicios web escalables. Con el auge de la web y la necesidad de interconectar aplicaciones, muchas empresas comenzaron a ofrecer APIs públicas, lo que permitió a los desarrolladores integrar sus servicios en aplicaciones de terceros.
Usos: Las APIs de terceros se utilizan en una variedad de aplicaciones, desde la integración de servicios de pago en sitios de comercio electrónico, hasta la incorporación de datos de redes sociales en aplicaciones móviles. También son comunes en el desarrollo de aplicaciones que requieren acceso a datos meteorológicos, geolocalización, o servicios de mensajería. Estas APIs permiten a los desarrolladores centrarse en la creación de la lógica de negocio de sus aplicaciones, mientras que delegan funcionalidades específicas a servicios externos.
Ejemplos: Un ejemplo de API de terceros es la API de Google Maps, que permite a los desarrolladores integrar mapas y servicios de localización en sus aplicaciones. Otro ejemplo es la API de Twilio, que permite a las aplicaciones enviar mensajes de texto y realizar llamadas telefónicas. Además, la API de Spotify permite a los desarrolladores acceder a la biblioteca de música y crear aplicaciones que interactúan con la plataforma de streaming.