Descripción: Las aplicaciones de inteligencia artificial (IA) abarcan un amplio espectro de tecnologías que buscan simular la inteligencia humana en máquinas. Estas aplicaciones se dividen en varias categorías, entre las que destacan la inteligencia artificial débil y la inteligencia artificial fuerte. La inteligencia artificial débil se refiere a sistemas diseñados para realizar tareas específicas sin la capacidad de generalizar o razonar más allá de esas funciones. En cambio, la inteligencia artificial fuerte hipotéticamente se refiere a una IA que tiene la capacidad de entender y razonar a un nivel similar al humano. Por otro lado, la inferencia en el borde implica procesar datos en dispositivos locales, en lugar de depender de servidores remotos, lo que permite una respuesta más rápida y eficiente. Estas tecnologías están transformando industrias enteras, desde la atención médica hasta la automoción, mejorando la eficiencia y la toma de decisiones.