Descripción: Los biosensores de metales pesados son dispositivos innovadores diseñados para detectar la presencia de metales tóxicos en el medio ambiente, como el plomo, mercurio y cadmio. Estos sensores combinan elementos biológicos, como enzimas o anticuerpos, con componentes electroquímicos para proporcionar una respuesta rápida y precisa ante la contaminación. Su funcionamiento se basa en la interacción entre el metal pesado y el componente biológico, lo que genera una señal que puede ser medida y analizada. La importancia de estos biosensores radica en su capacidad para monitorear la calidad del agua, suelos y alimentos, contribuyendo así a la protección de la salud pública y el medio ambiente. Además, su integración en sistemas de Internet de las Cosas (IoT) permite la recolección de datos en tiempo real, facilitando la toma de decisiones informadas sobre la gestión de recursos y la prevención de riesgos ambientales. En un mundo donde la contaminación por metales pesados es una preocupación creciente, los biosensores representan una herramienta esencial para la vigilancia ambiental y la sostenibilidad.
