Descripción: El Caballo de Troya es un tipo de malware que se disfraza como una aplicación inofensiva para engañar a los usuarios y lograr que lo instalen en sus dispositivos. A menudo, este software malicioso se presenta como un programa legítimo, como un juego, una herramienta de productividad o una actualización de software, lo que facilita su propagación. Una vez instalado, el Caballo de Troya puede llevar a cabo diversas acciones dañinas, como robar información personal, instalar otros tipos de malware, o permitir el acceso remoto a un atacante. A diferencia de los virus o gusanos, que se replican y propagan por sí mismos, el Caballo de Troya depende de la interacción del usuario para ser ejecutado. Su capacidad para ocultarse en aplicaciones aparentemente benignas lo convierte en una amenaza significativa en el ámbito de la ciberseguridad, ya que puede eludir muchas medidas de protección convencionales. La detección y eliminación de este tipo de malware requieren herramientas de antivirus y antimalware avanzadas, así como una buena práctica de ciberhigiene por parte de los usuarios, como la verificación de la autenticidad de las aplicaciones antes de su instalación.
Historia: El término ‘Caballo de Troya’ proviene de la antigua historia griega sobre la guerra de Troya, donde los griegos utilizaron un gran caballo de madera para infiltrarse en la ciudad. En el contexto de la informática, el uso del término comenzó a popularizarse en la década de 1980, cuando se empezaron a desarrollar programas maliciosos que se ocultaban dentro de software legítimo. Uno de los primeros ejemplos documentados de un Caballo de Troya fue el ‘Trojan Horse’ de 1989, que se disfrazaba como un programa de software de utilidad. Desde entonces, la técnica ha evolucionado, y los Caballos de Troya se han vuelto más sofisticados, utilizando métodos de ingeniería social para engañar a los usuarios.
Usos: Los Caballos de Troya se utilizan principalmente para infiltrarse en sistemas informáticos y robar información sensible, como credenciales de acceso, datos bancarios y otra información personal. También pueden ser utilizados para instalar otros tipos de malware, como ransomware, que cifra los archivos del usuario y exige un rescate. Además, algunos Caballos de Troya permiten a los atacantes tomar el control remoto de un dispositivo, lo que puede llevar a un uso indebido de los recursos del sistema o a la realización de ataques adicionales.
Ejemplos: Un ejemplo notable de un Caballo de Troya es el malware ‘Zeus’, que se utiliza para robar información bancaria y credenciales de acceso. Otro caso es el ‘Emotet’, que originalmente era un troyano bancario, pero que ha evolucionado para convertirse en un distribuidor de otros tipos de malware. Estos ejemplos ilustran cómo los Caballos de Troya pueden ser utilizados en ataques cibernéticos complejos y coordinados.