Descripción: La calidad de construcción en el ámbito de los videojuegos y motores gráficos se refiere a la estabilidad y el rendimiento general de un videojuego antes de su lanzamiento. Este concepto abarca diversos aspectos, como la optimización del código, la calidad de los gráficos, la fluidez en la jugabilidad y la ausencia de errores o ‘bugs’. Una buena calidad de construcción asegura que el juego funcione de manera eficiente en diferentes plataformas y hardware, proporcionando una experiencia de usuario satisfactoria. La calidad de construcción no solo se mide por la ausencia de fallos, sino también por la capacidad del juego para mantener un rendimiento constante bajo diversas condiciones. Esto incluye la gestión adecuada de recursos, como la memoria y el procesamiento gráfico, así como la implementación de técnicas de programación que minimicen el uso excesivo de estos recursos. En la actualidad, los desarrolladores utilizan herramientas de prueba y análisis para evaluar la calidad de construcción, permitiendo identificar y corregir problemas antes del lanzamiento. La calidad de construcción es crucial no solo para la recepción crítica del juego, sino también para su éxito comercial, ya que un juego bien construido tiende a generar mejores reseñas y una mayor satisfacción del usuario, lo que se traduce en ventas más altas y una base de jugadores más leal.