Descripción: La calidad del producto se refiere al grado en que un producto cumple con los requisitos y expectativas de las partes interesadas. En el contexto de las metodologías ágiles, la calidad del producto no es solo una característica deseable, sino un principio fundamental que guía todo el proceso de desarrollo. Esto implica que la calidad debe ser integrada desde las primeras etapas del ciclo de vida del producto, en lugar de ser un aspecto que se verifica al final. Las metodologías ágiles promueven la colaboración continua entre los equipos de desarrollo y las partes interesadas, lo que permite una mejor comprensión de las necesidades del cliente y, por ende, una mayor alineación con sus expectativas. Además, la calidad del producto en entornos ágiles se mide no solo por la funcionalidad, sino también por la usabilidad, la fiabilidad y el rendimiento. La retroalimentación constante y las iteraciones rápidas permiten realizar ajustes y mejoras continuas, asegurando que el producto final no solo cumpla con los requisitos iniciales, sino que también evolucione para satisfacer las necesidades cambiantes del mercado. En resumen, la calidad del producto en metodologías ágiles es un enfoque proactivo que busca la excelencia a través de la colaboración, la adaptabilidad y la mejora continua.