Descripción: La calidad infraestructural se refiere a los componentes físicos y lógicos de una red que afectan la calidad del servicio. Esto incluye la infraestructura de hardware, como servidores, enrutadores y cables, así como la infraestructura de software, que abarca sistemas operativos, protocolos de comunicación y aplicaciones. La calidad infraestructural es fundamental para garantizar que los servicios de red funcionen de manera eficiente y efectiva, ya que cualquier deficiencia en estos componentes puede resultar en una disminución de la calidad del servicio, como latencias elevadas, interrupciones o pérdida de datos. Además, la calidad infraestructural se relaciona estrechamente con la capacidad de una red para escalar y adaptarse a las demandas cambiantes de los usuarios. En un mundo cada vez más digital, donde la conectividad y la disponibilidad de servicios son esenciales, la calidad infraestructural se convierte en un factor crítico para las organizaciones que buscan ofrecer un servicio confiable y de alta calidad a sus clientes. Por lo tanto, la inversión en infraestructura de calidad no solo mejora la experiencia del usuario, sino que también puede influir en la competitividad y sostenibilidad de una empresa en el mercado actual.
