Descripción: La conectividad del hábitat se refiere al grado en que diferentes hábitats están interconectados entre sí, lo que permite el movimiento y la interacción de especies y procesos ecológicos. Esta conectividad es fundamental para la salud y la sostenibilidad de los ecosistemas, ya que facilita la migración de especies, la dispersión de semillas y la resiliencia frente a cambios ambientales. Un hábitat conectado permite que las poblaciones de organismos mantengan su diversidad genética, lo que es crucial para su adaptación y supervivencia a largo plazo. La conectividad puede ser física, como en el caso de corredores biológicos que unen áreas naturales fragmentadas, o funcional, donde los procesos ecológicos se mantienen a pesar de la fragmentación. La pérdida de conectividad, a menudo causada por la urbanización, la agricultura intensiva y otras actividades humanas, puede llevar a la disminución de la biodiversidad y al colapso de ecosistemas. Por lo tanto, la planificación y gestión del uso del suelo deben considerar la conectividad del hábitat para promover la conservación y restauración de los ecosistemas.
