Descripción: El control de niebla se refiere a la gestión y orquestación de recursos en la computación en el borde, donde los datos se procesan más cerca de la fuente de generación, en lugar de enviarlos a un centro de datos centralizado. Este enfoque permite una latencia reducida, un uso más eficiente del ancho de banda y una respuesta más rápida a las necesidades de los usuarios y dispositivos. En este contexto, el control de niebla implica la supervisión y optimización de recursos distribuidos, asegurando que las aplicaciones y servicios funcionen de manera óptima en entornos donde la conectividad puede ser intermitente o limitada. Las características principales del control de niebla incluyen la capacidad de escalar dinámicamente los recursos, la gestión de la carga de trabajo y la implementación de políticas de seguridad y privacidad. A medida que el Internet de las Cosas (IoT) y las aplicaciones en tiempo real continúan creciendo, el control de niebla se vuelve cada vez más relevante, ya que permite a las organizaciones aprovechar al máximo sus infraestructuras distribuidas y mejorar la experiencia del usuario final.