Descripción: El deber fiduciario es la obligación legal y ética que tiene una persona, conocida como fiduciario, de actuar en el mejor interés de otra parte, generalmente denominada beneficiario. Este concepto es fundamental en diversas relaciones profesionales y comerciales, donde la confianza y la lealtad son esenciales. El fiduciario debe priorizar los intereses del beneficiario sobre los propios, evitando cualquier conflicto de interés y actuando con la máxima diligencia y cuidado. Este deber se manifiesta en diversas áreas, incluyendo la gestión de inversiones, la administración de bienes, y en relaciones legales y profesionales, como la de abogados con sus clientes o administradores con los accionistas. La violación de este deber puede resultar en consecuencias legales significativas, incluyendo demandas por daños y perjuicios. En el contexto tecnológico, el deber fiduciario se vuelve crucial, ya que las empresas deben garantizar que los datos de sus clientes sean manejados con la máxima privacidad y seguridad, actuando siempre en su mejor interés. La transparencia y la responsabilidad son pilares de este deber, lo que implica que los fiduciarios deben informar a los beneficiarios sobre cualquier acción que pueda afectar sus intereses. En resumen, el deber fiduciario es un principio esencial que guía las relaciones de confianza, asegurando que los fiduciarios actúen con integridad y responsabilidad hacia aquellos a quienes sirven.