Descripción: Un desierto es una vasta área caracterizada por su escasez de precipitaciones, lo que resulta en condiciones de vida extremadamente difíciles para la flora y fauna. Estos ecosistemas se definen no solo por su aridez, sino también por sus temperaturas extremas, que pueden variar drásticamente entre el día y la noche. Los desiertos pueden ser cálidos, como el Sahara, o fríos, como la Antártida, y en ambos casos, la vegetación es escasa y adaptada a la falta de agua. Las especies que logran sobrevivir en estos entornos han desarrollado adaptaciones únicas, como raíces profundas para acceder a fuentes de agua subterránea o la capacidad de almacenar agua en sus tejidos. Además, los desiertos son ecosistemas frágiles que pueden ser fácilmente alterados por la actividad humana, lo que resalta la importancia de su conservación. A pesar de su dureza, los desiertos también poseen una belleza singular, con paisajes que incluyen dunas, formaciones rocosas y cielos despejados que ofrecen vistas espectaculares. La vida nómada ha encontrado en estos espacios un hogar, adaptándose a las condiciones adversas y desarrollando culturas ricas y diversas que reflejan la resiliencia humana frente a la adversidad.
