Descripción: Una vulnerabilidad de día cero es una vulnerabilidad de software que es desconocida para el proveedor y no ha sido parcheada. Este tipo de vulnerabilidad representa un riesgo significativo para la seguridad, ya que los atacantes pueden explotarlas antes de que se desarrolle y aplique una solución. Las vulnerabilidades de día cero pueden surgir en cualquier software, desde sistemas operativos hasta aplicaciones web, y su impacto puede variar desde la pérdida de datos hasta el control total de los sistemas afectados. La naturaleza de estas vulnerabilidades las hace especialmente peligrosas, ya que no hay defensas conocidas en el momento de su descubrimiento. Por lo tanto, la detección y mitigación de estas vulnerabilidades se convierte en una prioridad para los equipos de seguridad informática. La rapidez con la que se identifica y se repara una vulnerabilidad de día cero puede determinar la magnitud del daño que puede causar, lo que subraya la importancia de la vigilancia constante en el ámbito de la ciberseguridad.
Historia: El término ‘día cero’ se originó en el ámbito de la ciberseguridad a finales de la década de 1990, cuando los investigadores comenzaron a identificar vulnerabilidades en software que no habían sido descubiertas por los proveedores. Uno de los primeros incidentes notables fue el ataque a Microsoft Windows en 2000, donde se explotó una vulnerabilidad de día cero antes de que se lanzara un parche. Desde entonces, el concepto ha evolucionado, y la industria ha desarrollado métodos más sofisticados para detectar y mitigar estas vulnerabilidades.
Usos: Las vulnerabilidades de día cero se utilizan principalmente en ataques cibernéticos, donde los atacantes buscan explotar estas debilidades antes de que se implementen soluciones. También son relevantes en el desarrollo de software, ya que los equipos de seguridad deben estar atentos a posibles vulnerabilidades durante el ciclo de vida del software. Además, se utilizan en la investigación de seguridad para identificar y corregir fallos en el software.
Ejemplos: Un ejemplo de vulnerabilidad de día cero es el exploit de EternalBlue, que afectó a versiones de Windows y fue utilizado en el ataque de ransomware WannaCry en 2017. Otro caso notable es el ataque a Google Chrome en 2019, donde se descubrió una vulnerabilidad de día cero que permitía la ejecución remota de código.