Descripción: Un ecosistema sostenible es un entorno natural que se mantiene en equilibrio, permitiendo la coexistencia de diversas especies y el desarrollo de comunidades biológicas saludables. Este tipo de ecosistema es crucial para la supervivencia de numerosas especies, ya que proporciona los recursos necesarios para su subsistencia. Un ecosistema sostenible no solo apoya a las poblaciones de diversas especies, sino que también fomenta la biodiversidad, la salud del suelo y la calidad del agua. Las características principales de un ecosistema sostenible incluyen la capacidad de regeneración, la diversidad biológica y la resiliencia ante cambios ambientales. La relevancia de estos ecosistemas radica en su papel fundamental en la conservación de especies en peligro y en la mitigación de los efectos del cambio climático. Al mantener un equilibrio natural, se asegura que las interacciones entre las especies y su entorno sean beneficiosas, lo que contribuye a la estabilidad del ecosistema en su conjunto. La protección y restauración de estos ecosistemas son esenciales no solo para la supervivencia de especies en peligro, sino también para el bienestar de otras especies y para la salud del planeta en general.
