Descripción: La energía oceánica se refiere a la energía derivada de las fuerzas naturales presentes en los océanos, incluyendo las corrientes oceánicas, las olas y las diferencias de temperatura entre las distintas capas de agua. Esta forma de energía renovable es especialmente relevante en el contexto actual de búsqueda de alternativas sostenibles a los combustibles fósiles. La energía oceánica se caracteriza por su capacidad de generar electricidad de manera continua y predecible, aprovechando el movimiento del agua y las variaciones térmicas. A medida que la tecnología avanza, se están desarrollando diversas técnicas para capturar y convertir esta energía en electricidad, lo que la convierte en una opción atractiva para la diversificación de la matriz energética global. Además, la energía oceánica tiene un impacto ambiental relativamente bajo en comparación con otras fuentes de energía, lo que la hace aún más deseable en un mundo que busca reducir su huella de carbono. En resumen, la energía oceánica representa una fuente potencialmente inagotable de energía limpia, que puede contribuir significativamente a la transición hacia un futuro energético más sostenible.
Historia: La energía oceánica ha sido explorada desde hace siglos, aunque su desarrollo tecnológico ha sido más reciente. En el siglo XVIII, se realizaron experimentos iniciales con molinos de mareas en Europa. Sin embargo, fue en la década de 1970 cuando se comenzaron a realizar investigaciones más serias sobre la energía de las olas y las mareas, impulsadas por la crisis del petróleo. En 2000, se estableció la primera planta de energía de olas en Portugal, marcando un hito en la comercialización de esta tecnología. Desde entonces, varios países han invertido en proyectos de energía oceánica, buscando aprovechar su potencial.
Usos: La energía oceánica se utiliza principalmente para la generación de electricidad. Las tecnologías más comunes incluyen las plantas de energía de mareas, que aprovechan el movimiento del agua en las costas, y los dispositivos de energía de olas, que capturan la energía cinética de las olas. Además, la energía térmica oceánica se utiliza para la desalinización del agua y en procesos industriales que requieren calor. Estas aplicaciones están en constante evolución a medida que se desarrollan nuevas tecnologías.
Ejemplos: Un ejemplo notable de energía oceánica es la planta de energía de mareas de La Rance en Francia, que ha estado en operación desde 1966 y es una de las más grandes del mundo. Otro ejemplo es el proyecto de energía de olas de Pelamis en Escocia, que, aunque no se ha comercializado a gran escala, ha sido pionero en la tecnología de captura de energía de olas. Además, en Hawái, se están realizando investigaciones sobre la energía térmica oceánica para generar electricidad a partir de las diferencias de temperatura en el agua del océano.