Descripción: La energía solar térmica es una forma de energía renovable que se genera al aprovechar el calor del sol. Este tipo de energía se basa en la captación de la radiación solar para calentar un fluido, que puede ser agua o aire, y utilizarlo para diversas aplicaciones. A menudo, se emplea en sistemas de calefacción de agua, donde se instalan colectores solares en techos o espacios abiertos para absorber la radiación solar. La energía solar térmica es especialmente relevante en el contexto de la sostenibilidad, ya que contribuye a la reducción de la dependencia de combustibles fósiles y disminuye las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, su implementación puede ser tanto a nivel residencial como industrial, lo que la convierte en una opción versátil y accesible para diferentes necesidades energéticas. La tecnología detrás de la energía solar térmica ha avanzado significativamente, permitiendo una mayor eficiencia en la captación y uso del calor solar. En un mundo que busca alternativas sostenibles, la energía solar térmica se presenta como una solución viable y efectiva para el calentamiento de agua y espacios, promoviendo un futuro más limpio y sostenible.
Historia: La energía solar térmica tiene sus raíces en la antigüedad, cuando civilizaciones como los griegos y romanos utilizaban el sol para calentar agua. Sin embargo, el desarrollo moderno comenzó en el siglo XIX, cuando el ingeniero suizo Auguste Mouchot presentó un concentrador solar en 1860. A lo largo del siglo XX, la tecnología avanzó, y en la década de 1970, durante la crisis del petróleo, se intensificó el interés por las energías renovables, incluyendo la solar térmica. Desde entonces, ha habido un crecimiento constante en la adopción de esta tecnología a nivel mundial.
Usos: La energía solar térmica se utiliza principalmente para calentar agua en aplicaciones residenciales, como sistemas de calefacción de agua sanitaria y piscinas. También se emplea en procesos industriales que requieren calor, como la producción de alimentos y la fabricación de productos químicos. Además, se utiliza en sistemas de calefacción de espacios, donde el aire caliente se distribuye a través de conductos.
Ejemplos: Un ejemplo de energía solar térmica es el uso de colectores solares en viviendas para calentar agua para uso doméstico. En el ámbito industrial, algunas fábricas utilizan sistemas de energía solar térmica para procesos de producción que requieren altas temperaturas, como la pasteurización de alimentos. En países como España y Alemania, se han implementado sistemas de calefacción solar en edificios públicos y residenciales.