Enfermedad injerto contra huésped

Descripción: La enfermedad injerto contra huésped (EICH) es una complicación que puede surgir tras un trasplante de células madre o de órganos, donde las células inmunitarias del injerto (donante) atacan los tejidos del receptor. Esta condición se produce cuando hay una incompatibilidad entre el sistema inmunológico del donante y el del receptor, lo que provoca que las células del injerto reconozcan al cuerpo del receptor como extraño. Los síntomas pueden variar desde leves hasta severos e incluyen erupciones cutáneas, diarrea, daño hepático y problemas en otros órganos. La EICH puede ser aguda o crónica, dependiendo del tiempo de aparición y la duración de los síntomas. La forma aguda suele presentarse en las primeras semanas o meses después del trasplante, mientras que la crónica puede desarrollarse meses o incluso años después. La gravedad de la enfermedad puede influir en la calidad de vida del paciente y, en casos extremos, puede ser mortal. La EICH es un área activa de investigación, ya que los médicos buscan formas de prevenir y tratar esta complicación, mejorando así los resultados de los trasplantes y la salud de los pacientes.

Historia: La enfermedad injerto contra huésped fue identificada por primera vez en la década de 1950, cuando se realizaron los primeros trasplantes de médula ósea en humanos. Desde entonces, se han llevado a cabo numerosos estudios para comprender mejor los mecanismos subyacentes de la EICH y su relación con la compatibilidad entre donantes y receptores. A lo largo de los años, se han desarrollado tratamientos para manejar esta condición, incluyendo inmunosupresores y terapias biológicas.

Usos: La EICH se utiliza como un indicador importante en la evaluación de la compatibilidad en trasplantes de órganos y células madre. Comprender la EICH ayuda a los médicos a seleccionar donantes adecuados y a implementar estrategias de prevención y tratamiento para mejorar los resultados de los trasplantes.

Ejemplos: Un ejemplo de EICH se observa en pacientes que han recibido trasplantes de médula ósea, donde las células madre del donante pueden atacar la piel y el hígado del receptor, causando síntomas severos. Otro caso es el de pacientes que han recibido trasplantes de órganos sólidos, donde la EICH puede manifestarse como una reacción adversa en los tejidos del órgano trasplantado.

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