Descripción: El enrutamiento basado en políticas (PBR, por sus siglas en inglés) es una técnica de gestión de redes que permite tomar decisiones de enrutamiento basadas en políticas definidas por el administrador de la red, en lugar de depender únicamente de las direcciones de destino de los paquetes. Esta metodología permite a los administradores controlar el flujo de tráfico de manera más granular, implementando reglas que pueden considerar múltiples factores, como la fuente del tráfico, el tipo de servicio, la calidad del servicio (QoS) y otros parámetros específicos. A través de PBR, se pueden establecer rutas alternativas para ciertos tipos de tráfico, optimizando así el rendimiento de la red y garantizando que las aplicaciones críticas reciban el ancho de banda necesario. Esta técnica es especialmente útil en entornos complejos donde se requiere un control más preciso sobre el tráfico, como en redes empresariales, centros de datos y entornos en la nube. Además, el enrutamiento basado en políticas puede integrarse con protocolos de enrutamiento como OSPF y BGP, lo que mejora la flexibilidad y la eficiencia del enrutamiento en la red.
Historia: El enrutamiento basado en políticas comenzó a ganar popularidad en la década de 1990, cuando las redes se volvieron más complejas y los administradores de red empezaron a buscar formas de gestionar el tráfico de manera más eficiente. Con el crecimiento de Internet y la necesidad de priorizar ciertos tipos de tráfico, como el de voz y video, se desarrollaron técnicas de PBR para permitir un control más granular sobre el enrutamiento. A medida que los protocolos de enrutamiento evolucionaron, se integraron capacidades de PBR, lo que permitió a los administradores definir políticas específicas para el tráfico en función de sus necesidades.
Usos: El enrutamiento basado en políticas se utiliza en diversas aplicaciones, como la gestión de tráfico en redes empresariales, donde se requiere priorizar aplicaciones críticas. También se aplica en entornos de centros de datos para optimizar el rendimiento de las aplicaciones y en redes de proveedores de servicios para garantizar la calidad del servicio. Además, se utiliza en configuraciones de VPN para dirigir el tráfico de manera eficiente y en redes en la nube para gestionar el tráfico entre diferentes servicios y aplicaciones.
Ejemplos: Un ejemplo de enrutamiento basado en políticas es su uso en una red empresarial donde el tráfico de voz se prioriza sobre el tráfico de datos. Esto se puede lograr configurando reglas que dirijan el tráfico de voz a través de una ruta específica que garantice un menor retardo y mayor ancho de banda. Otro ejemplo es en un entorno de nube, donde se pueden establecer políticas para dirigir el tráfico de aplicaciones críticas a través de conexiones de alta disponibilidad, mientras que el tráfico menos crítico se puede dirigir a rutas estándar.
