Descripción: Escalar en el contexto de la tecnología se refiere a la capacidad de aumentar o disminuir el número de instancias de contenedor en un entorno de computación. Este concepto es fundamental en la arquitectura de microservicios y en la implementación de aplicaciones en la nube, donde la demanda de recursos puede variar significativamente. La escalabilidad permite a las organizaciones adaptarse a cambios en la carga de trabajo, optimizando el uso de recursos y garantizando un rendimiento adecuado. Existen dos tipos principales de escalabilidad: la vertical, que implica aumentar los recursos de una sola instancia, y la horizontal, que se refiere a añadir más instancias para distribuir la carga. La escalabilidad horizontal es especialmente relevante en entornos de contenedores, donde se pueden iniciar o detener instancias de manera dinámica según la demanda. Herramientas como Kubernetes, Docker y OpenShift facilitan este proceso, permitiendo a los desarrolladores y administradores gestionar la infraestructura de manera eficiente. La escalabilidad no solo mejora la disponibilidad y el rendimiento de las aplicaciones, sino que también contribuye a la resiliencia del sistema, permitiendo que las aplicaciones sigan funcionando incluso en situaciones de alta demanda o fallos de hardware.