Descripción: La externalización es la práctica de contratar a un tercero para realizar servicios o crear bienes. Este enfoque permite a las empresas centrarse en sus competencias centrales mientras delegan tareas específicas a proveedores externos. La externalización puede abarcar una amplia gama de servicios, desde la producción de bienes hasta la gestión de procesos empresariales, y puede incluir tanto la subcontratación de servicios como la externalización de funciones completas. Esta estrategia no solo busca reducir costos, sino también mejorar la eficiencia y la calidad de los servicios ofrecidos. Además, la externalización puede facilitar el acceso a tecnologías avanzadas y a la experiencia especializada que puede no estar disponible internamente. En un mundo cada vez más globalizado, la externalización se ha convertido en una herramienta clave para muchas organizaciones, permitiéndoles adaptarse rápidamente a las cambiantes condiciones del mercado y a las demandas de los consumidores.
Historia: La externalización comenzó a ganar popularidad en la década de 1980, cuando las empresas comenzaron a buscar formas de reducir costos y mejorar la eficiencia. Uno de los hitos importantes fue la externalización de la fabricación, que permitió a las empresas trasladar la producción a países con mano de obra más barata. A medida que avanzaba la tecnología, especialmente con la llegada de Internet, la externalización de servicios como la atención al cliente y el desarrollo de software también se volvió común. En la década de 1990, la externalización se consolidó como una estrategia empresarial clave, y desde entonces ha evolucionado para incluir servicios en la nube y soluciones digitales.
Usos: La externalización se utiliza en diversas industrias para optimizar procesos y reducir costos. Por ejemplo, muchas empresas externalizan su servicio de atención al cliente a centros de llamadas en otros países. También es común en el desarrollo de software, donde las empresas contratan a equipos externos para crear aplicaciones o gestionar infraestructura tecnológica. Además, la externalización de la logística y la cadena de suministro permite a las empresas centrarse en su negocio principal mientras confían en expertos para manejar la distribución y el almacenamiento.
Ejemplos: Un ejemplo de externalización es cuando una empresa de tecnología contrata a una firma externa para desarrollar una aplicación móvil. Otro caso es el de una empresa de fabricación que externaliza la producción de componentes a fábricas en Asia para reducir costos. También, muchas empresas de servicios financieros externalizan la gestión de sus procesos de cumplimiento normativo a consultoras especializadas.