Descripción: La frecuencia de alertas se refiere a la tasa a la que se generan notificaciones o alertas en función de eventos monitorizados dentro de un sistema. Este concepto es fundamental en el ámbito de la monitorización y la observabilidad, ya que permite a los equipos de TI y a los desarrolladores identificar rápidamente problemas o anomalías en el rendimiento de aplicaciones y sistemas. Una alta frecuencia de alertas puede indicar un problema recurrente o crítico, mientras que una baja frecuencia podría sugerir que el sistema está funcionando de manera óptima. Sin embargo, es importante encontrar un equilibrio, ya que una frecuencia excesiva de alertas puede llevar a la fatiga de alertas, donde los equipos ignoran notificaciones debido a su volumen. Por lo tanto, la configuración adecuada de umbrales y la priorización de alertas son esenciales para asegurar que las alertas sean efectivas y útiles. La frecuencia de alertas también se puede ajustar en función de la criticidad de los eventos, permitiendo a los equipos centrarse en los problemas más importantes y gestionar mejor sus recursos y tiempo.