Descripción: Los futuros son contratos financieros que obligan al comprador a adquirir un activo o al vendedor a vender un activo en una fecha y a un precio predeterminados. Estos contratos son utilizados principalmente en los mercados de commodities, acciones y divisas, y permiten a los inversores especular sobre el movimiento de precios de los activos subyacentes. Los futuros son instrumentos derivados, lo que significa que su valor se deriva del precio de otro activo, conocido como activo subyacente. Una de las características más importantes de los futuros es que permiten a los participantes del mercado gestionar el riesgo de precio, ya que pueden fijar precios de compra o venta con antelación. Además, los futuros son estandarizados y se negocian en mercados organizados, lo que proporciona transparencia y liquidez. Este tipo de contratos también puede ser utilizado para la cobertura, donde los productores de bienes pueden asegurar precios para sus productos, protegiéndose así de la volatilidad del mercado. En el contexto de las criptomonedas, los futuros han ganado popularidad, permitiendo a los inversores especular sobre el precio de activos digitales como Bitcoin y Ethereum sin necesidad de poseerlos directamente.
Historia: Los contratos de futuros tienen sus raíces en el comercio de granos en el siglo XIX, particularmente en el mercado de Chicago, donde los agricultores y comerciantes comenzaron a acordar precios por adelantado para la venta de productos agrícolas. En 1848, se fundó la Bolsa de Comercio de Chicago, que formalizó el comercio de futuros. A lo largo del tiempo, el uso de futuros se expandió a otros activos, incluyendo metales preciosos y petróleo. En la década de 1970, los futuros sobre divisas comenzaron a negociarse, y en la década de 2010, los futuros de criptomonedas, como Bitcoin, comenzaron a ganar popularidad.
Usos: Los contratos de futuros se utilizan principalmente para la especulación y la cobertura. Los inversores pueden especular sobre el movimiento de precios de activos subyacentes, buscando obtener ganancias. Por otro lado, los productores y consumidores de bienes utilizan futuros para protegerse contra la volatilidad de los precios, asegurando precios para sus productos o insumos. Además, los futuros son utilizados por instituciones financieras para gestionar riesgos en sus carteras.
Ejemplos: Un ejemplo de uso de futuros es un agricultor que vende contratos de futuros para su cosecha de maíz, asegurando un precio antes de la cosecha. Otro ejemplo es un inversor que compra futuros de petróleo, especulando que el precio del petróleo aumentará antes de la fecha de vencimiento del contrato. En el ámbito de las criptomonedas, un trader puede comprar futuros de Bitcoin para beneficiarse de las fluctuaciones de su precio sin poseer el activo directamente.