Descripción: La gestión basada en ecosistemas es un enfoque de gestión que considera la interconexión y la interdependencia de los diferentes elementos dentro de un ecosistema. Este enfoque reconoce que los sistemas naturales y sociales están compuestos por una variedad de componentes que interactúan entre sí, y que estas interacciones son fundamentales para el funcionamiento y la sostenibilidad del sistema en su conjunto. La gestión basada en ecosistemas busca integrar la conservación de la biodiversidad, la salud del ecosistema y el bienestar humano, promoviendo un equilibrio entre el desarrollo económico y la protección del medio ambiente. Este enfoque se caracteriza por su flexibilidad, adaptabilidad y su énfasis en la colaboración entre múltiples partes interesadas, incluyendo gobiernos, comunidades locales y organizaciones no gubernamentales. Al considerar el ecosistema en su totalidad, se pueden identificar soluciones más efectivas y sostenibles a los desafíos ambientales y sociales, fomentando un desarrollo que respete los límites ecológicos y promueva la resiliencia de los sistemas naturales.
Historia: La gestión basada en ecosistemas comenzó a tomar forma en la década de 1990, cuando se reconoció la necesidad de un enfoque más holístico para abordar los problemas ambientales. Uno de los hitos importantes fue la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo en 1992, donde se enfatizó la importancia de la sostenibilidad y la conservación de la biodiversidad. Desde entonces, este enfoque ha evolucionado y se ha implementado en diversas políticas y prácticas de gestión ambiental a nivel global.
Usos: La gestión basada en ecosistemas se utiliza en la planificación y gestión de recursos naturales, la conservación de la biodiversidad, la restauración de ecosistemas degradados y la adaptación al cambio climático. También se aplica en la gestión de áreas protegidas y en la formulación de políticas ambientales que buscan equilibrar el desarrollo económico con la conservación del medio ambiente.
Ejemplos: Un ejemplo de gestión basada en ecosistemas es el enfoque utilizado en la gestión de cuencas hidrográficas, donde se consideran las interacciones entre el agua, el suelo, la vegetación y las comunidades humanas. Otro ejemplo es la restauración de humedales, donde se busca recuperar la funcionalidad del ecosistema y sus servicios, como la regulación del agua y la biodiversidad.