Descripción: La gestión de evidencia en el ámbito forense digital se refiere al proceso sistemático de organizar, preservar y mantener la evidencia digital para su uso en procedimientos legales. Este proceso es crucial para garantizar que la información recolectada de dispositivos electrónicos, redes y sistemas informáticos sea válida y admisible en un tribunal. La gestión de evidencia implica una serie de pasos, que incluyen la identificación de datos relevantes, la recolección de estos datos de manera que se minimice su alteración, y el almacenamiento seguro de la evidencia para evitar su corrupción o pérdida. Además, se deben seguir protocolos específicos para documentar cada etapa del proceso, asegurando la cadena de custodia de la evidencia. Esto es fundamental para establecer la autenticidad y la integridad de la información presentada en un juicio. La gestión de evidencia no solo se aplica a casos criminales, sino también en investigaciones civiles, donde la evidencia digital puede ser determinante para resolver disputas legales. En un mundo cada vez más digitalizado, la gestión adecuada de la evidencia se ha vuelto esencial para la justicia, ya que la información digital puede ser tanto un recurso valioso como un desafío en el contexto legal.
Historia: La gestión de evidencia forense digital comenzó a tomar forma en la década de 1980, cuando los primeros casos legales involucraron computadoras y datos digitales. A medida que la tecnología avanzaba, también lo hacían las técnicas de recolección y análisis de evidencia digital. En 1995, el término ‘forense digital’ fue acuñado, y desde entonces, se han desarrollado estándares y mejores prácticas para la gestión de evidencia en este campo. La creación de organizaciones como la Asociación Internacional de Forenses Digitales (ADF) ha sido fundamental para establecer protocolos y guías en la gestión de evidencia digital.
Usos: La gestión de evidencia forense digital se utiliza principalmente en investigaciones criminales, donde se requiere la recolección y análisis de datos de dispositivos electrónicos para resolver delitos. También se aplica en casos de fraude, violaciones de propiedad intelectual y disputas civiles, donde la evidencia digital puede ser clave para demostrar la culpabilidad o inocencia de un individuo. Además, se utiliza en auditorías de seguridad informática y en la recuperación de datos tras incidentes de ciberseguridad.
Ejemplos: Un ejemplo de gestión de evidencia forense digital es el caso de la investigación del hackeo a la campaña presidencial de 2016 en Estados Unidos, donde se recolectaron y analizaron correos electrónicos y datos de servidores para identificar a los responsables. Otro caso notable es el de la empresa de tecnología que enfrentó una demanda por violación de derechos de autor, donde se utilizó evidencia digital para demostrar el uso no autorizado de software.