Gestión de Impresiones

Descripción: La gestión de impresiones se refiere al proceso de controlar cómo se percibe a uno mismo por los demás. Este concepto es fundamental en la interacción social, ya que las personas constantemente intentan influir en la percepción que los demás tienen de ellas. La gestión de impresiones implica una serie de estrategias y tácticas que se utilizan para presentar una imagen deseada, ya sea en contextos personales, profesionales o sociales. Las características principales de esta práctica incluyen la autenticidad, la adaptabilidad y la conciencia social. La relevancia de la gestión de impresiones radica en su impacto en las relaciones interpersonales, la reputación y la efectividad en la comunicación. En un mundo cada vez más conectado, donde las redes sociales y las plataformas digitales juegan un papel crucial, la gestión de impresiones se ha vuelto aún más compleja y significativa. Las personas deben ser conscientes de cómo sus acciones, palabras y comportamientos pueden ser interpretados por los demás, lo que a su vez puede afectar su imagen pública y sus oportunidades en diversas áreas de la vida.

Historia: El concepto de gestión de impresiones fue popularizado por el sociólogo Erving Goffman en su obra ‘La presentación de la persona en la vida cotidiana’ publicada en 1956. Goffman utilizó la metáfora del teatro para describir cómo las personas actúan en diferentes contextos sociales, presentando diferentes ‘caras’ según la audiencia. Desde entonces, la gestión de impresiones ha evolucionado, especialmente con el auge de las redes sociales en la década de 2000, donde la imagen personal se ha vuelto más pública y susceptible a la evaluación por parte de otros.

Usos: La gestión de impresiones se utiliza en diversas áreas, incluyendo el ámbito laboral, donde los profesionales buscan proyectar una imagen competente y confiable para avanzar en sus carreras. También es común en el ámbito social, donde las personas intentan crear una imagen atractiva o deseable para formar relaciones interpersonales. En el marketing y la publicidad, las marcas utilizan la gestión de impresiones para construir una identidad de marca positiva y conectar emocionalmente con los consumidores.

Ejemplos: Un ejemplo de gestión de impresiones en el ámbito laboral es cuando un candidato se prepara para una entrevista, eligiendo cuidadosamente su vestimenta y lenguaje corporal para causar una buena impresión en el entrevistador. En redes sociales, las personas a menudo seleccionan y editan fotos antes de publicarlas, con el fin de presentar una versión idealizada de sí mismas. En el ámbito de las marcas, una empresa puede utilizar campañas publicitarias que resalten sus valores y compromiso social para mejorar su imagen pública.

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