Descripción: La gestión del flujo se refiere al proceso de monitorear y controlar el flujo de trabajo en un sistema, asegurando que las tareas se realicen de manera eficiente y efectiva. Este concepto es fundamental en la optimización de procesos, ya que permite identificar cuellos de botella, mejorar la asignación de recursos y aumentar la productividad general. La gestión del flujo implica la implementación de herramientas y técnicas que facilitan la visualización del progreso de las tareas, la coordinación entre equipos y la adaptación a cambios en tiempo real. Además, se centra en la mejora continua, buscando constantemente formas de optimizar el rendimiento y reducir el tiempo de ciclo de los procesos. En el contexto tecnológico, la gestión del flujo se convierte en un componente esencial para garantizar que las aplicaciones y servicios se distribuyan de manera equilibrada entre los recursos disponibles, maximizando así la eficiencia operativa y la satisfacción del usuario final. En resumen, la gestión del flujo es un enfoque integral que combina la supervisión, el control y la mejora de los procesos para lograr un rendimiento óptimo en cualquier sistema.