Descripción: Un gusano es un tipo de malware que se replica a sí mismo para propagarse a otras computadoras, a menudo a través de redes. A diferencia de los virus, que requieren un archivo huésped para infectar, los gusanos son autónomos y pueden propagarse sin intervención humana. Utilizan vulnerabilidades en sistemas operativos o aplicaciones para infiltrarse en dispositivos y pueden causar daños significativos al consumir recursos del sistema, corromper datos o facilitar el acceso no autorizado a redes. Los gusanos pueden ser utilizados para llevar a cabo ataques de denegación de servicio (DoS) o para instalar otros tipos de malware, como troyanos o ransomware. Su capacidad de replicación rápida y su habilidad para evadir medidas de seguridad los convierten en una amenaza persistente en el ámbito de la ciberseguridad.
Historia: Los gusanos informáticos comenzaron a aparecer en la década de 1980, siendo uno de los primeros ejemplos el gusano ‘Morris’, creado en 1988 por Robert Tappan Morris. Este gusano se propagó a través de Internet y afectó a miles de computadoras, lo que llevó a un mayor enfoque en la seguridad cibernética. A lo largo de los años, varios gusanos notables han surgido, como el gusano ‘ILOVEYOU’ en el año 2000, que se propagó a través de correos electrónicos y causó daños significativos a nivel mundial. La evolución de los gusanos ha estado marcada por su capacidad para adaptarse a nuevas tecnologías y métodos de propagación, lo que ha llevado a un constante desarrollo de soluciones de seguridad.
Usos: Los gusanos se utilizan principalmente para propagar malware, realizar ataques de denegación de servicio y robar información. Su capacidad para replicarse y propagarse rápidamente los convierte en herramientas efectivas para los cibercriminales. Además, algunos gusanos pueden ser utilizados para crear redes de bots, que son grupos de computadoras infectadas que pueden ser controladas de forma remota para llevar a cabo actividades maliciosas.
Ejemplos: Ejemplos de gusanos incluyen el gusano ‘Morris’, que fue uno de los primeros en causar un impacto significativo en Internet, y el gusano ‘ILOVEYOU’, que se propagó a través de correos electrónicos y causó daños por miles de millones de dólares. Otro ejemplo es el gusano ‘Conficker’, que se propagó a través de vulnerabilidades en múltiples versiones de sistemas operativos y creó una de las redes de bots más grandes de la historia.