Hacking social

Descripción: El hacking social, también conocido como ingeniería social, es la práctica de manipular a individuos para obtener información confidencial, como contraseñas o datos personales. Esta técnica se basa en la interacción humana y la psicología, aprovechando la confianza y la curiosidad de las personas. A diferencia de los ataques técnicos que se centran en vulnerabilidades de software o hardware, el hacking social se enfoca en el comportamiento humano, utilizando tácticas como el engaño, la persuasión y la manipulación emocional. Los hackers sociales pueden hacerse pasar por figuras de autoridad, colegas o incluso amigos para ganar la confianza de la víctima y obtener acceso a información sensible. Esta práctica es relevante en el contexto de la ciberseguridad, ya que muchas brechas de seguridad se producen debido a errores humanos, lo que hace que la educación y la concienciación sobre el hacking social sean fundamentales para proteger la información personal y empresarial.

Historia: El término ‘hacking social’ comenzó a ganar popularidad en la década de 1990, aunque las técnicas de manipulación humana han existido durante mucho tiempo. Uno de los eventos más significativos fue el caso de Kevin Mitnick, un hacker que utilizó la ingeniería social para acceder a sistemas informáticos de grandes corporaciones. Su arresto en 1995 marcó un punto de inflexión en la percepción pública sobre la seguridad informática y la importancia de la educación en ciberseguridad. Desde entonces, el hacking social ha evolucionado con el avance de la tecnología y el uso de internet, convirtiéndose en una de las principales amenazas en el ámbito de la ciberseguridad.

Usos: El hacking social se utiliza principalmente en el ámbito de la ciberseguridad para identificar vulnerabilidades humanas en las organizaciones. Las empresas realizan simulaciones de ataques de ingeniería social para entrenar a sus empleados y aumentar la conciencia sobre la seguridad. Además, los hackers éticos emplean estas técnicas para evaluar la seguridad de sistemas y redes, ayudando a las organizaciones a fortalecer sus defensas contra ataques reales. También se utiliza en el ámbito del marketing, donde se manipulan las emociones y percepciones de los consumidores para influir en sus decisiones de compra.

Ejemplos: Un ejemplo de hacking social es el ‘phishing’, donde un atacante envía un correo electrónico que parece provenir de una fuente confiable, como un banco, solicitando información personal. Otro caso es el ‘pretexting’, donde un hacker crea una historia falsa para obtener datos de la víctima, como hacerse pasar por un empleado de soporte técnico. En 2011, el caso de la brecha de seguridad de Sony PlayStation Network involucró técnicas de ingeniería social que permitieron a los atacantes acceder a información de millones de usuarios.

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