Hashing de Contraseñas

Descripción: El hashing de contraseñas es el proceso de convertir una contraseña en una cadena de caracteres de tamaño fijo, que es típicamente un hash. Este proceso es fundamental en la seguridad de aplicaciones web y en sistemas de autenticación, ya que permite almacenar contraseñas de manera segura, evitando que sean legibles en su forma original. A través de algoritmos de hashing, como SHA-256 o bcrypt, las contraseñas se transforman en un valor único que representa la información original. Una de las características más importantes del hashing es que es un proceso unidireccional; es decir, no se puede revertir para obtener la contraseña original. Esto significa que, incluso si un atacante accede a la base de datos de contraseñas, solo obtendrá los hashes y no las contraseñas en texto claro. Además, el uso de ‘salts’, que son valores aleatorios añadidos a las contraseñas antes de ser hasheadas, incrementa la seguridad al hacer que los hashes sean únicos, incluso para contraseñas idénticas. En resumen, el hashing de contraseñas es una técnica esencial para proteger la información sensible de los usuarios, garantizando que las contraseñas se almacenen de manera segura y minimizando el riesgo de exposición en caso de brechas de seguridad.

Historia: El concepto de hashing de contraseñas comenzó a tomar forma en la década de 1970 con la introducción de los primeros sistemas de autenticación. Uno de los primeros algoritmos de hashing fue el MD5, desarrollado por Ronald Rivest en 1991. Sin embargo, a medida que la tecnología avanzaba y las capacidades de los atacantes mejoraban, se hizo evidente que MD5 y otros algoritmos similares no eran lo suficientemente seguros. Esto llevó al desarrollo de algoritmos más robustos como SHA-1 y, posteriormente, SHA-256. En la década de 2000, se introdujeron técnicas como el uso de ‘salts’ y algoritmos de hashing adaptativos como bcrypt, que ajustan la complejidad del hashing en función de la potencia de cómputo disponible, mejorando así la seguridad de las contraseñas almacenadas.

Usos: El hashing de contraseñas se utiliza principalmente en sistemas de autenticación para proteger las contraseñas de los usuarios. Al almacenar solo el hash de la contraseña en lugar de la contraseña en texto claro, se minimiza el riesgo de que un atacante obtenga acceso a las credenciales de los usuarios. Además, se utiliza en aplicaciones de gestión de identidades y acceso, así como en sistemas de almacenamiento de datos sensibles donde la seguridad es primordial. También es común en el desarrollo de APIs y servicios web que requieren autenticación de usuarios.

Ejemplos: Un ejemplo práctico de hashing de contraseñas es el uso de bcrypt en aplicaciones web. Al registrarse, la contraseña del usuario se convierte en un hash utilizando bcrypt, que incluye un ‘salt’ único. Cuando el usuario intenta iniciar sesión, la contraseña ingresada se hashea nuevamente y se compara con el hash almacenado. Si coinciden, se permite el acceso. Otro ejemplo es el uso de SHA-256 en sistemas de gestión de contraseñas, donde las contraseñas se almacenan de forma segura en bases de datos, protegiendo así la información del usuario en caso de un ataque.

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