Descripción: El ictiosaurio es un reptil marino extinto que vivió durante la era Mesozoica, específicamente entre el Triásico y el Cretácico, hace aproximadamente 250 a 90 millones de años. Su nombre proviene del griego ‘ichthys’, que significa pez, y ‘sauros’, que significa lagarto, lo que refleja su apariencia similar a la de un pez, aunque no está relacionado con ellos. Los ictiosaurios eran animales de gran tamaño, algunos alcanzando longitudes de hasta 20 metros, y poseían un cuerpo aerodinámico que les permitía nadar con gran agilidad en los océanos prehistóricos. Su morfología incluía una cabeza alargada, ojos grandes y una cola poderosa, características que les conferían una excelente capacidad de caza. Estos reptiles eran carnívoros y se alimentaban de peces y otros organismos marinos. A pesar de su apariencia similar a la de los peces, los ictiosaurios eran reptiles, lo que significa que, a diferencia de los peces, necesitaban salir a la superficie para respirar aire. Su extinción, que ocurrió al final del Cretácico, se atribuye a cambios climáticos y a la competencia con otros depredadores marinos que emergieron en ese periodo. Los ictiosaurios son un ejemplo fascinante de la adaptación evolutiva de los reptiles a un entorno acuático, y su estudio proporciona valiosa información sobre la biodiversidad y la evolución de la vida en los océanos de la Tierra.
Historia: Los ictiosaurios fueron descubiertos por primera vez en el siglo XIX, cuando se encontraron fósiles en Europa. Uno de los primeros ictiosaurios identificados fue el ‘Ichthyosaurus’, descrito por Richard Owen en 1840. A medida que se realizaron más excavaciones, se descubrieron diversas especies en diferentes partes del mundo, lo que llevó a un mayor interés en su estudio. Su descubrimiento ayudó a los paleontólogos a comprender mejor la diversidad de la vida marina en la era Mesozoica y la evolución de los reptiles marinos.
