Descripción: La integración monolítica es un enfoque en el diseño de sistemas donde todos los componentes están estrechamente acoplados y funcionan como una única unidad cohesiva. Este método implica que las diferentes partes del sistema, como la interfaz de usuario, la lógica de negocio y la base de datos, están interconectadas de tal manera que cualquier cambio en una parte puede afectar a las demás. Las aplicaciones monolíticas suelen ser más simples de desarrollar inicialmente, ya que permiten a los desarrolladores trabajar en un solo código base y facilitan la implementación de nuevas características. Sin embargo, a medida que el sistema crece, puede volverse más difícil de mantener y escalar, ya que cualquier modificación puede requerir pruebas exhaustivas de todo el sistema. La integración monolítica es común en aplicaciones más pequeñas o en etapas tempranas de desarrollo, donde la velocidad de implementación es crucial. A pesar de sus desventajas, este enfoque sigue siendo relevante en ciertos contextos, especialmente cuando se busca simplicidad y rapidez en el desarrollo.
Historia: La integración monolítica ha evolucionado con el desarrollo de la programación y la arquitectura de software desde los años 60. Inicialmente, las aplicaciones se construían como monolitos debido a la falta de herramientas y metodologías que permitieran una arquitectura más modular. Con el tiempo, a medida que las aplicaciones crecieron en complejidad, surgieron enfoques alternativos como la arquitectura de microservicios en la década de 2010, que buscaban superar las limitaciones de los sistemas monolíticos. Sin embargo, la integración monolítica sigue siendo utilizada en muchos entornos, especialmente en aplicaciones más simples o en prototipos.
Usos: La integración monolítica se utiliza principalmente en el desarrollo de aplicaciones web y de escritorio donde la simplicidad y la rapidez de implementación son prioritarias. Es común en startups y proyectos de pequeña escala, donde los equipos de desarrollo buscan lanzar productos rápidamente sin la complejidad de gestionar múltiples servicios. También se utiliza en sistemas donde la carga de trabajo es predecible y no se anticipa un crecimiento significativo en la demanda.
Ejemplos: Un ejemplo de integración monolítica es una aplicación de gestión de tareas que combina la interfaz de usuario, la lógica de negocio y la base de datos en un solo código base. Otro ejemplo podría ser un sistema de gestión de contenido (CMS) que opera como un único paquete, donde todas las funcionalidades están integradas en una sola aplicación, facilitando su despliegue y mantenimiento inicial.
