Descripción: La Interacción Cerebro-Computadora (ICC) se refiere al estudio y desarrollo de sistemas que permiten a los humanos comunicarse y controlar dispositivos informáticos mediante señales cerebrales. Este campo interdisciplinario combina neurociencia, ingeniería y ciencias de la computación para crear interfaces que interpretan la actividad eléctrica del cerebro, facilitando una conexión directa entre el cerebro humano y las máquinas. La ICC tiene el potencial de transformar la forma en que interactuamos con la tecnología, eliminando la necesidad de dispositivos de entrada convencionales como teclados y ratones. A través de la captura de señales neuronales, los sistemas de ICC pueden traducir pensamientos o intenciones en comandos que las computadoras pueden entender, lo que abre nuevas posibilidades para la accesibilidad y el control de dispositivos. Este enfoque innovador no solo promete mejorar la calidad de vida de personas con discapacidades motoras, sino que también plantea preguntas fascinantes sobre la naturaleza de la comunicación y la interacción humana con la tecnología. A medida que la investigación avanza, la ICC se posiciona como un componente clave en la búsqueda de la singularidad tecnológica, donde la fusión entre humanos y máquinas podría redefinir nuestras capacidades y experiencias.
Historia: La Interacción Cerebro-Computadora comenzó a tomar forma en la década de 1960, cuando los primeros experimentos se realizaron para registrar la actividad eléctrica del cerebro. En 1973, el Dr. Jacques Vidal acuñó el término ‘Interfaz Cerebro-Computadora’ y propuso su uso para la comunicación directa entre el cerebro y las computadoras. Desde entonces, la tecnología ha evolucionado significativamente, con avances en la captura de señales neuronales y el desarrollo de algoritmos para interpretar estas señales. En la década de 2000, se realizaron importantes progresos en la creación de dispositivos BCI que permitieron a los usuarios controlar computadoras y prótesis mediante el pensamiento.
Usos: La Interacción Cerebro-Computadora se utiliza en diversas aplicaciones, incluyendo la rehabilitación de pacientes con discapacidades motoras, el control de dispositivos electrónicos mediante el pensamiento, y la investigación en neurociencia. También se explora su uso en videojuegos y entornos de realidad virtual, donde los usuarios pueden interactuar de manera más inmersiva. Además, se investiga su potencial en la mejora de la comunicación para personas con trastornos del habla.
Ejemplos: Un ejemplo notable de ICC es el sistema de control de prótesis desarrollado por la Universidad de Brown, que permite a los usuarios mover una mano prostética mediante señales cerebrales. Otro caso es el uso de dispositivos BCI en videojuegos, como el proyecto ‘NeuroSky’, que permite a los jugadores controlar elementos del juego con su concentración. Además, empresas como Neuralink están trabajando en interfaces avanzadas que buscan integrar aún más la tecnología con la actividad cerebral.